La salsa es la memoria viva de un pueblo: el pulso de la cultura latina. Más que un género musical, es la banda sonora de nuestras historias: romance y desamor, triunfos y luchas, nostalgia y esperanza. Nacida en la calle y expandida al mundo, la salsa es identidad, resistencia y hermandad, un lenguaje universal que nos conecta en cada compás. Es un legado que se baila con el cuerpo y se siente con el alma, un punto de encuentro que nos conecta sin importar dónde estemos, marcando generaciones. Hoy, ese legado de
pasión y autenticidad encuentra en Arlene González —conocida artística mente como Arlene G a una heredera de su fuerza. De raíces puertorriqueñas y ecuatorianas, su voz se levanta como una de las más sólidas de la salsa contemporánea, escribiendo un nuevo capítulo femenino que honra la tradición y la proyecta al mundo con fuerza y autenticidad.
Sus Inicios, marcado por el talento y la visión desde los cinco años, Arlene ya sentía que llevaba algo especial en su interior. Criada en Corona Queens, Nueva York, e impulsada por la riqueza cultural que la rodeaba, comenzó a forjarse un camino que más tarde la llevaría a irrumpir en la escena musical de Florida en 2009, sin embargo, no se limitó solo a cantar ya que en el 2011 fundó su propio sello discográfico, Platinum G Records, Inc., demostrando que su espíritu empresarial y artístico iban de la mano. Su primer gran
éxito, Vete, se convirtió en un fenómeno internacional en Panamá y Sudamérica, de la mano de Guido Díaz, el productor ganador de Latín Grammy, que había trabajado con Celia Cruz en “La Negra Tiene Tumbao”.
El apadrinamiento de un grande La vida de Arlene G cambió para siempre con el encuentro que definió su carrera: la del legendario Eddie Palmieri, “El emperador de la salsa” un innovador incansable que revolucionó el género. Pionero al mezclar el sonido de la salsa con otros géneros: jazz, el rock, el funk e incluso la música clásica. Lo que le permitió crear un estilo propio y vanguardista, conocido como el «Sonido Palmieri», influyendo a generaciones de músicos. Además, su álbum The Sun of Latin Music se
convirtió en la primera producción latina en ganar un premio Grammy, elevando el reconocimiento de la música afrocaribeña latinoamericana a nivel mundial. Pues Arlene y este gigante no solo compartieron escenarios y grabaciones, sino que Palmieri la reconoció como su ahijada musical, guiándola con consejos y validando su talento frente al mundo. De esa unión nació la producción “Para Que Sepan Quién Soy Yo”, presentada en el Anfiteatro Tito Puente en Puerto Rico y en el Lehman Performing Arts de Nueva York, en el marco del cumpleaños 85 del maestro y “El emperador de la salsa”.
CORTESÍA DE:
Muchas gracias por el apoyo a Arlene G un abrazo desde Barranquilla Colombia mi querido Rodrigo y a todo el equipo